La Ciudad del Madridismo, que así es como se denomina al centro deportivo más grande del mundo construido por un club de fútbol, se encuentra en el Parque de Valdebebas, que a su vez está situado en el noreste de Madrid capital. Este enclave se caracteriza por la proyección urbanística que las instituciones madrileñas dieron a la zona, desde la Terminal 4 del Aeropuerto de Barajas, hasta la Ciudad Deportiva del Real Madrid, pasando por los proyectos de la Ciudad de la Justicia y de la ampliación de IFEMA. Y no solo de estas construcciones se habla y negocia en esta enorme zona de más de 1.067 hectáreas de terreno, sino que se da por hecho que estos terrenos aportarán un nuevo pulmón verde para la ciudad.
Un dato relevante de la nueva Ciudad del Madridismo es su tamaño. Los terrenos ocupan 1.200.000 m2, una barbaridad si se los compara con los de la antigua Ciudad Deportiva de la que se ha hablado anteriormente, la cual tenía 110.000 m2. Esto quiere decir que las nuevas instalaciones de las que disponen todos los jugadores, técnicos y aficionados que se dan cita en Valdebebas superan en diez a sus predecesoras. La comparación con otras grandes ciudades deportivas de clubes punteros europeos es humillante, ya que la del Manchester no llega a los 280.000 m2, la del Milan alcanza los 160.000 m2 y la del Bayern no supera los 70.000 m2. Esto supone una clara evidencia del dominio del negocio futbolístico con el que se alzó el Real Madrid gracias a la venta de sus antiguos terrenos.
Una piedra para la historia
El 12 de mayo de 2004 se produjo el comienzo de una obra que marcaría un antes y un después en el mundo deportivo, urbanístico y financiero. El acto de inauguración de la construcción de la Ciudad del Madridismo congregó a lo más relevante de la política de la capital, a altos cargos de las finanzas madrileñas y a históricos deportistas del Real Madrid. Por el solar de Valdebebas, decorado para la ocasión, pasaron Esperanza Aguirre, Alberto Ruíz-Gallardón, Alfredo Di Stefano, Raúl González, Alberto Herreros y muchos más. Y por supuesto, el gran protagonista, Florentino Pérez, el hombre que prometió las mejores instalaciones deportivas para los madridistas. En ese momento comenzó un laborioso trabajo que aún no ha sido culminado.
El Real Madrid empezó las obras por lo fundamental, los campos de fútbol y las instalaciones básicas (vestuarios) para que sus jugadores pudieran entrenar cuanto antes. Más de 3.000 personas fueron partícipes de la construcción de la nueva ciudad deportiva. El diseño estuvo a cargo de una empresa americana (EDSA) ganadora de un concurso de ideas. Una gran cantidad de ingenieros y arquitectos fraguaron en realidad la propuesta de una manera especial, dividiendo en diferentes lotes de contratación la obra, de tal manera que los plazos fueran compatibles. Y así fue, todo lo relativo a la primera fase, la fundamental, fue terminado y entregado en la fecha acordada.
Durante las fases de máxima producción, la ciudad deportiva madridista contaba con más de 500 trabajadores, algo que hace ver la magnitud de la obra. Gracias a esta mastodóntica construcción, las empresas subcontratadas pudieron dar mucho trabajo a gente que lo necesitaba. La inversión por parte del Real Madrid en esta primera fase del proyecto rondó los 70 millones de euros, que dieron su fruto en los 15 meses de trabajo ininterrumpido en Valdebebas. Cabe destacar el repartimiento de los espacios en la Fase I A de la Ciudad del Madridismo: de un total de 222.000 m2 de superficie ocupada aproximadamente 120.000 m2 son de superficie deportiva, 60.000 m2 de zona ajardinada, 25.000 m2 de edificación y el resto de infraestructura de accesos, distribución y graderíos.
Un complejo deportivo de otra galaxia
El edificio en forma de letra T es uno de los simbolismos que esconde este singular complejo. El club decidió hacerlo así para que los 9.000 metros cuadrados de vestuarios, gimnasios, salas de conferencias, aulas, despachos o salas de prensa tengan un fin común, albergar a todas las categorías del Real Madrid. Comenzando por los benjamines y ascendiendo en el escalafón de la cantera hasta lograr un sitio en el ansiado primer equipo.
Como detalle, fuera de lo deportivo, cabe destacar el entramado energético de las instalaciones, que constan de paneles solares para ahorrar en agua caliente, así como de depuradoras de agua para regar campos y jardines. Un sofisticado sistema que utiliza aguas recicladas sin necesidad de usar el Canal de Isabel II.
Un parking para más de 300 vehículos y una imponente cafetería de 700 m2 con vistas a los terrenos de juego son las construcciones utilizadas para que los acompañantes de los jugadores se sientan lo más cómodo posible. A partir de ahí, los jugadores toman todo el protagonismo de su ciudad deportiva. El Real Madrid ha conseguido un concepto de diferenciación entre las personas que trabajan en el club y los que no, consiguiendo una independencia total gracias a la composición de las instalaciones.
Siete campos de fútbol son los que el Real Madrid pone a disposición de su cantera. Dos de hierba natural, tres de artificial y dos de fútbol 7, todos ellos con su graderío correspondiente. Un tapete cuidado al máximo detalle por los jardineros y con una calidad exactamente igual a la del estadio Santiago Bernabéu.
El primer equipo posee un parking privado en la zona más privilegiada del complejo, el final de la famosa T. Los técnicos disfrutan de despachos con vistas al terreno de juego, los jugadores de una sala VIP y los periodistas de una gran sala de prensa. Y en medio de todo eso, la zona mixta, donde todos los allí presentes se pueden saludar y comunicar.
El vestuario es la joya de la corona, ya que está comunicado con un espectacular gimnasio y con una zona de calentamiento, que a su vez enlaza con los tres campos de entrenamiento de los que dispone el primer equipo, todos ellos con sus respectivas gradas. Se puede ver una inmensa pradera de césped natural en la que los jugadores entrenan dependiendo de su estado y de la conveniencia de la sesión. Además, tienen disponible un campo-jaula, un campo de entrenamiento para porteros, un arenero y un circuito interior de carrera continua con una longitud de 6.400 metros.
El Estadio Alfredo Di Stefano, último paso en ‘La Fábrica’
El 9 de mayo de 2006, dos años después de dar el pistoletazo de salida a la megalítica obra de la Ciudad del Madridismo, se inauguró otro de los grandes objetivos del club, el estadio que iba a albergar al filial blanco, el Real Madrid Castilla. Su nombre no podía ser otro que el del mejor jugador de la historia blanca y probablemente mundial, Don Alfredo Di Stefano.
Se encuentra situado en un punto estratégico del complejo deportivo, justamente en el centro, con el fin de que cuando acaben todas las obras y proyectos sea el punto neurálgico de la Ciudad Deportiva. En la actualidad cuenta con una capacidad de 6.000 espectadores, que se verá incrementada con el paso de las fases urbanísticas, llegando incluso a las 25.000 plazas. Un Estadio moderno, con todas las facilidades para la prensa y los aficionados, con la última tecnología ecológica y con una seguridad envidiable en muchos otros campos con más capacidad. Todo ello presidido por una imponente estatua de ‘La Saeta Rubia’, la leyenda viva del fútbol que da nombre al estadio.
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